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Éxito del design thinking en el marketing moderno

El design thinking impulsa la creatividad y crea experiencias únicas al comprender integralmente al consumidor.

Éxito del design thinking en el marketing moderno
Éxito del design thinking en el marketing moderno

En el ámbito de ventas y mercadotecnia, análisis de diversas consultoras resaltan una tendencia común: la creciente adopción de estrategias centradas en el usuario. La creciente exigencia de los consumidores impulsa a las empresas a orientar sus iniciativas hacia la comprensión de sus intereses.

El design thinking, o pensamiento de diseño, emerge como una metodología innovadora que va más allá de la creación de productos estéticamente agradables. Este enfoque se centra en el usuario, buscando comprender sus necesidades y deseos para desarrollar soluciones creativas y efectivas.

Para aplicar esta metodología, es crucial conocer las 5 fases indispensables:

1. Empatizar: sumergirse en la comprensión profunda de los usuarios, identificando problemas reales que valga la pena resolver.

2. Definir: establecer una perspectiva centrada en el usuario, formulando un statement que guíe el proceso de diseño.

3. Idear: generar ideas creativas y soluciones mediante la participación activa y la generación de conceptos innovadores sin restricciones.

4. Prototipar: traducir las mejores ideas en prototipos tangibles, desde bocetos simples hasta modelos avanzados.

5. Probar: someter los prototipos a pruebas y evaluaciones para obtener retroalimentación de usuarios y realizar ajustes necesarios.

“La empatía, la orientación al usuario, el pensamiento co-creativo y colaborativo, son habilidades clave en el design thinking”, comenta Rendo Salazar, director de Como Pez en el Aula.

Las empresas enfrentan desafíos constantes, desde identificar oportunidades de mercado hasta mejorar la experiencia del cliente. El design thinking permite abordar creativamente estos desafíos, buscando soluciones fuera de los enfoques convencionales.

Según Salazar, comprender las necesidades del usuario implica trabajar con herramientas de inmersión, como el árbol del problema, el mapa de empatía, entrevistas y prototipos. Este enfoque fomenta la iteración, exigiendo definir, representar, visualizar, evaluar y redefinir constantemente, promoviendo la mejora continua.

A través de pruebas rápidas, las estrategias de marketing pueden evolucionar en respuesta a la retroalimentación del mercado, permitiendo a las empresas ajustar enfoques según sea necesario.

“El éxito se medirá por la satisfacción del usuario, la eficacia y eficiencia de la solución, el impacto positivo en la vida de las personas y cómo eso se refleja en la rentabilidad del negocio”, concluye el experto.

Aquellas empresas que adopten este método estarán mejor posicionadas para satisfacer y anticipar las necesidades de sus clientes en un mercado cambiante. Sin duda, el design thinking es un aliado indispensable para el marketing contemporáneo.